¿Sombrero Vueltiao? ¡No! ¡Sombrero Zenú!
Aclaremos de una buena vez: el sombrero más reconocido de Colombia, ese mismo que supuestamente es “símbolo nacional” NO se llama “Sombrero Vueltiao”. El verdadero nombre del sombrero que usaban Alejo Durán, Francisco “Pacho Rada” y Juancho Polo Valencia, es el de SOMBRERO ZENÚ.
Ese mismo sombrero que lucía Miguel “Happy” Lora cuando se coronó Campeón Mundial de Boxeo, el mismo que usa Egidio Cuadrado – el acordeonista de Carlos Vives – y que usó por un tiempo Jorge Villamizar – ex cantante de Bacilos. Repito: SOMBRERO ZENÚ. Este bello sombrero bicolor, lleno de “pintas” que representan el pensamiento, es tejido desde hace muchos siglos por el pueblo ZENÚ, uno de los pueblos indígenas colombianos más ricos culturalmente y uno de los más empobrecidos de nuestra historia.
El pueblo ZENÚ es el mismo que fabricó algunas de las joyas más preciadas del Museo del Oro de Bogotá y todas las del Museo que lleva su nombre en Cartagena de Indias. Es el mismo pueblo que diseñó y utilizó el SISTEMA HIDRÁULICO MÁS EXTENSO DEL MUNDO, con más de 700 mil hectáreas entre los valles del Sinú y del San Jorge. Sí, el mismo.
El grandioso pueblo ZENÚ, como dice el maestro Benjamín Puche Villadiego - tan subvalorado por auténtico - ya había alcanzado su esplendor, mientras que los etruscos apenas comenzaban a caminar. Es el mismo pueblo que mandó al papa de Roma a reinar sobre lo que le pertenecía y no sobre lo que no conocía, ha sido arrasado, perseguido, masacrado y desplazado constantemente durante los últimos cinco siglos.
Hoy ya no poseen las tierras de sus mayores, sus bellísimas piezas de orfebrería se encuentran bajo llave en los museos estatales, su magnífica obra hidráulica fue borrada por los hacendados y, lo que es peor, su propio nombre ha sido casi que eliminado del habla. Ahora hablar de ZENÚ es hablar de una marca de embutidos. ¡Qué tristeza! ¡Qué ofensa! Y su joya más destacada del presente: su sombrero, es llamado “vueltiao”. ¡Qué falta de justicia! ¡Inaudito!. Y nadie dice nada.
El nombre de “Vueltiao”, según me contó un anciano de Tuchín, se lo agregó el antioqueño que comenzó a comerciarlo hace varias décadas. Ese antecesor de los enriquecidos y explotadores hijos del presidente uribe, fue quien le quitó el nombre de ZENÚ, cambiándoselo o, peor, voltiándoselo por completo.
Propongo desde estas líneas, no sólo que llamemos al sombrero por el nombre del pueblo que lo fabrica: SOMBRERO ZENÚ, sino que iniciemos una campaña para que la fábrica de embutidos antioqueña cambie su nombre. Y devolverle así la dignidad perdida a este legendario pueblo de las sabanas del Caribe.