viernes, marzo 31, 2006

Mandato por la Vida, la Libertad y la Dignidad Humana en el Caribe Colombiano


Declaración Pública

Desplazamiento forzado, detenciones arbitrarias, fosas comunes, minas antipersonal, extorsión, torturas e intimidación, son algunos de los rasgos que configuran hoy la crisis humanitaria y de derechos humanos que en forma crónica y sostenida persiste en los siete departamentos, esa es la principal conclusión de la Primera Audiencia Humanitaria por la Paz en el Caribe Colombiano, realizada en el Salón Martín Luthero de la Iglesia Presbiteriana en la ciudad de Barranquilla.

Más de 80 organizaciones sociales y de derechos humanos de la región, agrupadas en la Plataforma Agenda Caribe constaron que a esta situación de inseguridad y antidemocracia se suma la irrupción de nuevas expresiones de violencia asociadas a la marginalidad y el empobrecimiento de la mayoría de la población, como el llamado “paga diario”, mecanismo mediante el cual sectores asociados a mafias locales exprimen y someten a miles de personas por la vía de la especulación, la intimidación e incluso la muerte.

El “paseo de la muerte” emerge como expresión del fracaso de la Ley 100 que convirtió en negocio la prestación del servicio, en clientes a los pacientes y en empresas a las instituciones de salud.

De esta manera, confluyen en la región caribe una grave crisis humanitaria y de derechos humanos en medio del conflicto armado, una profunda crisis social, agravada por un modelo económico excluyente e inequitativo y un estado de cosas inconstitucional por la ausencia e incapacidad del gobierno para realizar los preceptos básicos del Estado Social de Derecho.

Las desmovilizaciones de grupos de autodefensas en la región no condujeron a la superación del paramilitarismo. Por el contrario, hay un proceso de reciclaje y reacomodamiento de las estructuras armadas que se insertan en nuevas expresiones de poder mafioso para imponer su hegemonía en la política, la administración pública y la vida social de las principales ciudades de la costa. Tal es el caso de las “cooperativas de seguridad” que de manera confusa y poco transparente se promueven en Cartagena y Santa Marta.

Las guerrillas siguen atacando a la población civil e imponiendo su lógica de guerra sin acatar las normas del derecho internacional humanitario que la obligan a observar principios básicos de distinción entre combatientes y no combatientes, proporcionalidad en el uso de la fuerza y limitación.

El desplazamiento forzado ha afectado a más de 594 mil personas entre 1999 y 2005. El año pasado más de 62 mil personas llegaron desplazadas a los siete departamentos de la costa, muchos provenientes de regiones como Antioquia, Santander y Chocó. Alrededor de 450 personas han sido injustamente detenidas, luego liberadas y otras exiliadas o muertas en medio de la impunidad.

Hay una relatifundización de la tenencia de la tierra en los departamentos costeños como resultado del despojo, el destierro y el desplazamiento forzado y los procesos de retorno no significan restitución de derechos ni reparación de los daños causados.

Frente a tanta adversidad, emergen formas de resistencias, articulación y acción desde la sociedad civil. En esa perspectiva se reunieron en Barranquilla personas representativas de diversos procesos en la región, voceros de organismos de Naciones Unidas, de la Defensoría del Pueblo y de la Procuraduría General de la Nación. No asistieron a este debate público funcionarios del gobierno nacional, a pesar de haber sido invitados.

La Audiencia Humanitaria del Caribe ha definido una hoja de ruta para avanzar en la superación de la crisis en la región:

1. Acuerdos humanitarios para excluir a la población civil del conflicto
2. Plan de Acción Humanitaria con la participación activa de las comunidades y organizaciones sociales para atender a las víctimas civiles de la confrontación, más inversión para atender a la población en situación de desplazamiento y respeto a los procesos de retorno
3. Respeto a la misión médica y a los agentes humanitarios en las zonas de conflicto
4. Atención a las víctimas de los prestamistas y sus redes mafiosas y acciones ciertas de desmantelamiento de estas estructuras.
5. Reforma de la Ley 100 y recuperación de la salud como servicio público esencial.
6. Respaldo a la defensa de la educación pública y respeto a la movilización estudiantil en defensa de la misma.
7. Reorientación del proceso con los grupos paramilitares y de la ley de justicia y paz de acuerdo con los parámetro de verdad, justicia, reparación y no repetición
8. Solución política y negociada del conflicto armado interno
9. Garantía para las organizaciones sociales y de derechos humanos en el ejercicio de la defensa y preservación de los mismos
10. Desarrollar un enfoque diferencial de género en los estudios sobre efectos de la violencia y el conflicto para visibilizar la problemática la violencia sexual y la prostitución infantil en medio de la guerra.
11. Promover la investigación y divulgación sobre los cambios forzados en la estructura de la propiedad sobre la tierra en la Costa Caribe. Apoyo y respaldo a la Audiencia Humanitaria sobre tierra.
12. Apoyo a la Audiencia internacional de Anthoc e impulso a la reactivación del Comité interinstitucional de derechos humanos en los Montes de María.
13. Participación en la reunión nacional de organizaciones sociales en La María, Departamento del Cauca.

Barranquilla, 29 de marzo de 2006.

miércoles, marzo 29, 2006

Los duelos de la memoria y las memorias de la rebeldía

Alfredo Correa de Andreis (Q.E.P.D)


Por Claudia Korol

¿Dónde vive la memoria? ¿Quién la muere? ¿Por qué nos duele? ¿Hasta cuándo el duelo? ¿Qué recuerda la memoria? ¿Cuánto olvida? ¿Quién la enciende? ¿Quién la apaga?

¿Cuánta memoria marcha un 24 de marzo? ¿Cuánta memoria se va de ferias? ¿Cuánta se levanta un monumento? ¿Cuánta memoria se vuelve mercancía? ¿Cuánta se disuelve en los despachos del poder?

30 años transcurrieron desde el golpe de estado que estableció en Argentina la dictadura militar más feroz de nuestra historia, y una de las más salvajes de nuestro continente. El terrorismo de Estado, con su dimensión militar y civil, con su trama de dominación y de complicidades, fue el modelo elegido por el capitalismo para remodelar su hegemonía. Si éste se estableció en nuestras tierras sobre la base del genocidio de la población originaria y de los pueblos afrodescendientes traídos como esclavos; si después fue necesaria una nueva "Conquista del Desierto", para sentar las bases de la "modernización" realizada por la generación del 80; los artífices de esta última dictadura, herederos muchos de ellos de aquella oligarquía "fundadora de la Nación", volvieron a recurrir al genocidio, para aplacar toda resistencia.

Llamaron "Proceso de Reorganización Nacional", a lo que fue un nuevo momento de recolonización cultural, sostenido en una contrarrevolución preventiva, cuyos datos sobresalientes volvieron a ser el exterminio, la impunidad, el racismo, el crimen organizado.

El golpe de estado en Argentina, fue parte de la política imperialista para América Latina, que tuvo como instrumento contrainsurgente el "Plan Cóndor". Se trataba de detener el proceso de ascenso de los movimientos revolucionarios que alentados por la revolución cubana y por otros hechos significativos del contexto internacional -triunfo sobre el fascismo, revolución china, mayo del 68, Vietnam-, desparramaban por América Latina la certeza de que el cambio no sólo era necesario, sino que también era posible.

La máquina de matar se puso en marcha para aplastar toda insurgencia. Se trataba no sólo de liquidar al pez, sino de dejarlo sin agua. Por eso el indiscriminado asesinato de hombres, mujeres, ancianos, ancianas, niñas y niños. Por eso los mecanismos del terror: la desaparición forzada de personas, los campos de concentración, la maquinaria de delaciones organizada para romper toda solidaridad. Por eso la guerra cultural, promoviendo el "sálvese quien pueda", y "el silencio es salud"; con la complicidad de periodistas que aún hoy infectan los medios de comunicación. Por eso el aliento a la traición, a la ruptura de los lazos de solidaridad, y la inoculación de la desconfianza.

El paso siguiente era la impunidad, basada en la desmemoria.

Pasaron treinta años. Vale la pena sacar algunas cuentas. La dictadura logró su cometido en varios sentidos: la desarticulación de las organizaciones revolucionarias de aquel momento, del sindicalismo de liberación, de las ligas agrarias, de un movimiento estudiantil combativo, del movimiento de sacerdotes por el tercer mundo, del movimiento villero, y de numerosos movimientos populares que fueron diezmados, y desestructurados.

La pérdida más grande e imposible de nombrar sin sentir escalofríos: la ausencia de una generación de hombres y mujeres revolucionarios, generosos, dispuestos a cambiarse a sí mismos para cambiar al mundo, empeñados en la creación del "hombre nuevo" -ellos no se imaginaban la posibilidad de "la nueva mujer"-. Y como consecuencia también de esta historia, la deserción de muchos sobrevivientes de aquella generación, que adaptaron la idea de "tomar el poder", a la de "acercarse al poder"; y cuando se acercaron, se quedaron gustosos. Ahora desde el poder, tratan a los que resisten de "inadaptados", "duros", "inmaduros", versiones diversas del "imberbes" de otros tiempos, y no vacilan en cercar la plaza cuantas veces se sienten amenazados.

La dictadura militar, fue la condición para que se estableciera en el país el capitalismo privatizador, "neoliberal", que destruyó la soberanía nacional, devastó los bienes de la naturaleza, extranjerizó la economía, destruyó identidades clasistas y populares, multiplicó el posibilismo, como justificación ideológica del "no se puede".

Ellos lograron bastante. Pero no nos derrotaron.

La derrota significa, en términos políticos, destruir la voluntad de resistencia. Y allí, es donde no pueden con nosotros Allí, precisamente allí, es donde se encuentra el valor de la terca, mágica, y rebelde memoria.

La memoria nos permite recordar que no hubo lugar del país, en el que no existieran gestos luminosos de resistencia. Aún en las regiones más oscuras y sórdidas, en los campos de concentración, tenemos manos tendidas, gente destrozada por la tortura que no entrega a sus compañeros, hombres y mujeres que callan hasta olvidar, información que atraviesa las zonas de la "no existencia", denuncias que se filtran hasta comenzar a hacerse oír. Aún en los lugares más duros, como las cárceles, hemos escuchado relatos de inmensa dignidad, de mujeres que desafiaban la condena al mundo monocolor, tejiendo telares con hilos de colores ingresados clandestinamente, de hombres que aprendían a leer y a escribir, para comunicarse con el mundo. Aún en el lugar más insondable de la subjetividad, la de una madre que ve desaparecer a su hijo o hija en un cono de sombras, encontramos la fuerza que transforma el pañal en pañuelo y la quietud en marcha, que vuelve público lo privado socializando la maternidad, y alimentando la rebeldía. Aún en esos "años de alambradas culturales", como los llamó Julio Cortázar, hubo quien escribió, quien dijo su palabra, quien hizo su poema, quien cantó su canción, quien actuó a teatro abierto.

Hubo dignidad en la resistencia, coraje, amor, e incluso alegría. No es cierto que sea triste la lucha. Triste es cuando nos cansamos de luchar.

La resistencia engendró una memoria implacable y fértil. Hijos que escrachan a los genocidas. Jóvenes que miran a los ojos a sus abuelas, y desgarrándose el alma les dicen: "aquí estoy, soy el nieto que buscabas". Ex detenidos desaparecidos que no se refugian en la historia, sino que se empoderan de la memoria para luchar por los derechos humanos de ayer y de hoy.

La memoria fértil tiene muchos colores, nombres, rostros.

Una no sabe si llorar o reír cuando ve marchar la memoria por las calles, y descubre tras cada cartel, a un amigo, a una compañera, a un ser querido que desapareció pero allí está, sin embargo, junto a nuestra caminata.

En estos días una siente que ellos te empujan, que te hablan al oído. Que te invitan a desempañar los vidrios de la melancolía, y a enarbolar los sueños de siempre. Los que sueñan los pueblos originarios: tierra y libertad. Los 30.000 sueños segados de la superficie de nuestra utopía, que resistieron clandestinamente como raíces, como semillas, esperando el momento de florecer.

¿Para qué sirve la memoria? Para identificar a los enemigos de siempre. Para escracharlos en sus cuevas. Para que nadie se confunda. Para que cada cual sepa que ellos no actuaron solos. Que hay una cadena de complicidades, que abrieron las puertas de la impunidad. Sirve la memoria cuando no se vuelve complaciente. Cuando no se calla. Cuando no se rinde. Cuando no se olvida.

Cuando enciende nuevas rebeldías.

Duele la memoria. Duele, porque obliga.

domingo, marzo 19, 2006

Agenda de la Audiencia Humanitaria por la Paz en el Caribe Colombiano


Marzo 29 de 2006
Salón de Eventos del Hotel Génova (Cra. 44 No. 44-66)
Barranquilla, Colombia

8.00 a.m. Instalación

Gobernación del Atlántico
Señora Satya Jenning, Oficina en Colombia del Alto Comisionado para los Derechos Humanos
Programa presidencial para los Derechos Humanos
Dr. Arturo Zea, Defensor del Pueblo de Bolívar
Dr. Camilo González Posso, Presidente de Indepaz
Padre Milton Mejía, Secretario Ejecutivo Red Ecuménica de Colombia

8.20 a.m. Presentación de la situación humanitaria en el Caribe Colombiano

Curumaní, Mico ahumado - Sur de Bolívar, Barrio Nelson Mandela – Cartagena, Situación Cerro de la Popa – Cartagena, San Onofre – Sucre, Tenche – Sucre, El Salado, Indígenas - Sierra Nevada y del Perijá, Movimiento Sindical, Anthoc, Afros, Mujeres

Moderación: Asociación Minga (Franscisco Bustamante)

9.20 a.m. Presentación de los Planes de Acción departamentales o regionales

Programa presidencial para los derechos humanos
Dr. Iván Ahumada, Gobernación del Atlántico, Consejería de paz
Dr. Lucho Tapias, Gobernación de Bolívar, Consejería de paz
Defensoría del Pueblo
Acción Social.
Moderación: ANDAS / Red Nacional de Mujeres

12.00 m. Intervención Saludo y observación, OCHA /ACNUR / UNIFEC /CICR / Alianza de Organizaciones


1.00 p.m. Almuerzo

2.00 p.m. Presentación de propuestas humanitarias y elaboración del Mandato por la Vida, la Libertad y la Dignidad Humana en el Caribe Colombiano.
Moderación: Indepaz, Fundaregión.


4.00 p.m. Conclusiones y compromisos

¿Quienes participan?

Todas las instituciones públicas y privadas que tengan dentro de su mandato la protección y garantía de derechos humanos y la aplicación y respeto de las normas del derecho internacional humanitario,

Las organizaciones de la sociedad civil representadas en los gremios, iglesias, universidades y sectores sociales,

Las instituciones del Estado, el ministerio público y las autoridades locales,

Los medios de comunicación, locales, nacionales e intencionales

Las delegaciones de organismos multilaterales que trabajen por la paz y el desarrollo,

El sistema de Naciones Unidas a través de sus agencias desarrollan acciones humanitarias en la región,

La ciudadanía en general.

Convocan

Agenda Caribe, Fundación Surcos, Fundecop, Fundaregión, Coordinación Colombia Europa, Aprofdefa, Centro de Cultura Afro caribe, Corporación Paradigma, VOX POPULI, Corpadec, Funcicar, Universidad de Cartagena, Palenque libre, Corporación Jorge Artel, Convivencia Caribe, Fundecop, Tierra Patria, Indepaz, Minga, Asamblea Permanente de la Sociedad Civil por la paz, Codhes, CINEP, IPC, Iniciativa de Mujeres por la paz, Red Nacional de Mujeres, CUT, Comité Permanente de Derechos Humanos, Fundación Nuevo Arco Iris, ALDHU, Redepaz, Fundación Cultura Democrática, Red de Justicia Comunitaria, Justapaz, Alianza de organizaciones sociales.

Apoyan

Consejería de paz del Atlántico y Bolívar, Defensoría del Pueblo de Cartagena, Personería Distrital de Cartagena, Personería de Barranquilla, Telecaribe.

Mayores Informes

Cartagena: Fundación Surcos (
fsurcos@hotmail.com) Tels. 311-2300395 -300-801151
Barranquilla: Consejería de paz del Atlántico (
luiztapias@yahoo.es)

Bogotá: Indepaz (ednatmm@yahoo.com) Tel. 315-5217392 - Asociación Minga (minga@andinet.com) Tel. 091- 3804380

jueves, marzo 16, 2006

Audiencia Humanitaria por la Paz en el Caribe Colombiano


Convocatoria

Ante la grave crisis humanitaria por la que atraviesa el Caribe Colombiano, varias organizaciones sociales de esta región, consolidadas a través de la plataforma Agenda Caribe, conjuntamente con las Consejerías de Paz de los departamentos de Bolívar y Atlántico, las Defensorías del Pueblo de la región, las Personerías Municipales y varias Organizaciones Nacionales Defensoras de Derechos Humanos y Promotoras de Paz, invitan a todos los ciudadanos a participar en la Audiencia Humanitaria por la Paz en el Caribe Colombiano que se llevará a cabo el próximo 29 de Marzo del 2006 en la ciudad de Barranquilla de 8 a.m. a 5.p.m.

Son muchos los esfuerzos de las iniciativas de paz, de las organizaciones sociales, de las instituciones gubernamentales y de los organismos internacionales que trabajan por la Defensa de los Derechos Humanos y el respeto a la normatividad humanitaria, pero a pesar de esto la situación humanitaria en la Región Caribe continúa siendo critica.

Por ello nos parece pertinente observar algunas cifras estadísticas sobre hechos que dan cuenta de la grave crisis humanitaria y de violaciones a los derechos humanos por la que atraviesa el Caribe Colombiano, recopiladas por INDEPAZ.

Algunas cifras del Conflicto en el Caribe Colombiano

En primer lugar es prudente afirmar que se está frente a una crisis humanitaria, cuando no hay posibilidades materiales de evitar el sufrimiento físico y psicológico de las personas que son víctimas de una confrontación armada o de evitar el sufrimiento de las personas que se enfrentan a fenómenos naturales como terremotos, inundaciones o huracanes. En segundo lugar las crisis humanitarias involucran el sufrimiento de muchas personas, tal vez miles.

Y en tercer lugar, que la atención de la crisis humanitaria es una responsabilidad del Estado, acompañada por la sociedad en general y debe ser un asunto contemplado prioritariamente por medio políticas públicas que respondan a la problemática a corto, mediano y largo plazo y no con planes o programas que respondan a cubrir la emergencia de las víctimas en dos o tres meses. Eso es asistencialismo.

El propósito de este trabajo es demostrar por medio de las cifras de diferentes fuentes, la urgencia de abrir un debate regional para presionar a los gobiernos departamentales para que empleen mas y mejor los recursos asignados con el fin de resolver la situación a la que se ven enfrentados miles de personas victimas de la violencia en esta región del país e involucrar de manera responsables a todos los sectores sociales. A pesar de la dificultad que se presentó para recolectar la información, los datos que se presentan indican la gravedad de la situación.

Desplazamiento

La expansión territorial del paramilitarismo en la región caribe, las acciones de guerra de la insurgencia y la aplicación de la política de seguridad democrática a lo largo del país presenta un panorama poco alentador. Según CODHES, el estimativo de personas desplazadas dentro del territorio nacional por el conflicto armado interno desde 1999 hasta el tercer trimestre del 2005 es de 2.107.842.

El desplazamiento forzado en la Región Caribe durante este período representa el 28% del total estimado de población desplazada en el país, es decir, más de 580 mil personas, de las cuales el 65% son niños y niñas.

Secuestro

El número de secuestros registrados en el Caribe Colombiano alcanza una las cifras más altas en relación a las demás regiones del país. A pesar de los informes de Fondelibertad (septiembre, 2005) las cifras comparativas de secuestros de enero 2004 a septiembre de 2005 se han reducido en todo el país: los secuestros contra la fuerza pública en un 90.91%; secuestro extorsivo -58.21%. En el año 2003 los secuestros de la región caribe representaron el 25.3% del porcentaje total de secuestros en el país. En el 2004 el 22% y para el primer semestre del 2005 el 10.2%.

Violencia política, amenazas, masacres y torturas

Uno de los mayores problemas que se afronta al momento de establecer la situación humanitaria en el Caribe Colombiano, es la falta de información estadística y la ausencia de un mecanismo idóneo de registro y sistematización de acciones violentas, en el marco de los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humaniario. En primer lugar no existe un sistema que recoja todas las bases de datos y realice un análisis adecuado de la información. En segundo lugar no se hace un monitoreo permanente, lo que dificulta presentar series completas en el tiempo sobre la misma región. Y por último una razón por la cual los datos son incompletos o inexistentes es por el subregistro, es decir, el desconocimiento del hecho. En la mayoría de los casos se da por dos factores comprensibles en las zonas mas violentas: la amenaza y el miedo.

El primer indicador de una situación de violencia por causas políticas es la amenaza. Esta se constituye en una alerta temprana de las violaciones más atroces y uno de los delitos de lesa humanidad que han soportado los pobladores del Caribe, además de masacres y torturas.

Las cifras dadas por los informes del CINEP y recopiladas por el profesor Diego Otero (Economista, asesor equipo académico de INDEPAZ), dan cuenta que en los siete departamentos que integran la región, 624 personas han sido víctimas de amenazas por razones políticas.
El departamento que registra mayor número de personas detenidas arbitrariamente es Bolívar seguido por Sucre. El año que presenta el índice mas alto es el 2003 y el total de las detenciones masivas de la región caribe constituyen el 9.4%.

A pesar de las fallas metodológicas que presentan las cifras anteriores (diferencias en la tipificación de las infracciones por parte de cada una de las fuentes, ausencia de series en cuanto a infracciones, períodos de tiempo y el subregistro por amenaza o miedo) resultan de mucha utilidad por las siguientes razones:

Demuestran la importancia de construir una plataforma coordinada por las organizaciones sociales, que articule el proceso informativo en la región, para que se consolide un verdadero sistema de información que compare, analice y complemente los datos que presentan las instituciones del Estado.

A pesar de que la mayoría de los datos provienen de fuentes estatales, que son consecuentes con la aplicación de la política de seguridad democrática del gobierno nacional, la situación humanitaria en los siete departamentos de la región es preocupante.

La ausencia de datos sobre infracciones al DIH y violaciones a los Derechos Humanos a poblaciones vulnerables (comunidades indígenas, mujeres, niños y niñas) y a bienes protegidos (escuelas y colegios), no significa que no existan. Por el contrario, se debe constituir en una preocupación tanto para el gobierno como para la sociedad. A consecuencia de ello, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha insistido en
iniciar campañas de esclarecimiento de hechos (verdad, justicia y reparación); de la misma manera, las organizaciones defensoras de los Derechos Humanos y promotoras de paz han insistido en realizar jornadas de sensibilización y señalización a personas y bienes con el objeto de proteger y garantizar la aplicación del Derecho Internacional Humanitario.

La crisis humanitaria en el Caribe Colombiano podría tener múltiples causas, pero principalmente referimos: la concentración de la tierra, el clientelismo, la corrupción, la burocracia, la ausencia de Cultura Política de los ciudadanos para empoderarse de sus entornos locales y regionales. Además, desde los años 80 la situación es crítica debido al escalamiento del conflicto armado interno en todo el territorio nacional, especialmente por la amenaza de actores armados como la insurgencia y los paramilitares.

Como se enunció al inicio de este documento, el objetivo no es presentar ni analizar las causas estructurales del problema, sino demostrar por medio de las cifras la gravedad del asunto y la necesidad de poner en marcha los planes de acción humanitaria a nivel departamental y regional, de incrementar el presupuesto para atender a las víctimas de la guerra y abrir espacios de debate para implementar políticas de largo alcance.

La Declaración por Cartagena y el Caribe Colombiano para resolver la Crisis Humanitaria, suscrita en el marco de la reunión de mesa de donantes reunida en Cartagena en febrero de 2005, es un documento que enuncia la situación y que invita a la sociedad civil, al gobierno nacional y a la comunidad internacional a velar por la efectiva garantía de derechos de los pobladores de la Región Caribe. En esa ocasión las organizaciones regionales, sectoriales y nacionales solicitaron:

1. Al gobierno del presidente Álvaro Uribe Vélez y a las instituciones del Estado una política especial para detener esta crisis humanitaria que vive la Costa Caribe y, en especial, Barranquilla y Cartagena.

2. A la Comunidad Internacional dirigir su mirada a esta región que históricamente había sido un remanso de paz, y para que le hagan el respectivo seguimiento a dicha solicitud.

3. A los actores armados del conflicto para que respeten a la población civil y los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario.

4. A la opinión pública nacional y en, en especial los medios de comunicación, para mirar creativa y solidariamente a esta región del país.

De la misma forma, las organizaciones se comprometieron a, “impulsar y acompañar las acciones de la Agenda Caribe en solidaridad con nuestros hermanos del Caribe Colombiano”. Este documento procura ayudar a impulsar procesos regionales y a acompañar el trabajo que se hace desde el Caribe.

Por lo anterior se hace necesario y urgente:

Visibilizar la difícil situación que viven diariamente líderes sociales, estudiantes, trabajadores, mujeres, defensores de Derechos Humanos, entre otros, de la región por causa de la degradación del conflicto armado interno.

Presentar los casos emblemáticos de infracciones al Derecho Internacional Humanitario ante las autoridades competentes.

Conocer y hacer seguimiento a los planes de Acción Humanitaria en las diferentes entidades territoriales para que junto a las autoridades competentes se implementen medidas de acción urgentes.

Promover el Mandato por la Vida, la Libertad y la Dignidad Humana en el Caribe Colombiano.

¿Quiénes participan?

Todas las instituciones públicas y privadas que tengan dentro de su mandato la protección y garantía de Derechos Humanos y la aplicación y respeto de las normas del Derecho Internacional Humanitario.

Las organizaciones de la sociedad civil representadas en los gremios, iglesias, universidades y sectores sociales.

Las instituciones del Estado, el Ministerio Público y las autoridades locales.

Los medios de comunicación locales, nacionales e internacionales.

Las delegaciones de organismos multilaterales que trabajen por la Paz, los Derechos Humanos y el Desarrollo.

Los delegados del Sistema de Naciones Unidas a través de sus agencias que tienen presencia y responsabilidad en la región.

La comunidad de la región caribe en general.

¿Quiénes convocan?

Plataforma Agenda Caribe, Fundación Surcos, Fundecop, Fundaregión, Aprodefa, Centro de Cultura Afrocaribe, Corporación Paradigma, Vox Populi, Corpadec, Funcicar, Palenque Libre, Corporación Jorge Artel, Convivencia Caribe, Tierra Patria, Esap Bolívar, Universidad de Cartagena, Minga, Indepaz, Cinep, Codhes, Asamblea Permanente de la Sociedad Civil por la Paz, Coordinación Colombia Europa, IPC, Iniciativa de Mujeres por la Paz, Red Nacional de Mujeres, CUT, Comité Permanente por la defensa de los derechos humanos, Fundación Nuevo Arco Iris, ALDHU, Comité Permanente de Derechos Humanos, Redepaz, Fundación Cultura Democrática, Red de Justicia Comunitaria, Justapaz, Asodevid, Consejería de Paz del Atlántico , Consejería de Paz de Bolívar, Periódico El Universal de Cartagena, Periódico El Heraldo de Barranquilla.

Informes: Cartagena: Fundación Surcos,
fsurcos@hotmail.com tel 311-2300395 -300-8011518. Bogotá: Indepaz, ednatmm@yahoo.com tel 315- 5217392. Asociación Minga minga@andinet.com tel 091- 3804380